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Aprendizaje invertido

Última actualización el lunes, 29 de abril de 2024.

 

Definición:

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El aprendizaje invertido, también conocido como "flipped learning", es una metodología educativa que consiste en invertir la tradicional dinámica de clase, donde los estudiantes adquieren el conocimiento en casa a través de material previamente preparado, como videos o lecturas, y luego utilizan el tiempo en clase para participar en actividades interactivas y colaborativas que refuerzan y aplican esos conceptos. Este enfoque promueve una mayor participación y compromiso de los estudiantes en su propio proceso de aprendizaje.

El Concepto de Aprendizaje Invertido

El Aprendizaje Invertido, también conocido como "flipped learning" en inglés, es un modelo educativo que ha ido ganando popularidad en los últimos años. A diferencia del enfoque tradicional en el que los estudiantes adquieren conocimiento en el aula y luego realizan tareas en casa, en el Aprendizaje Invertido se invierte esta dinámica.

En el Aprendizaje Invertido, los estudiantes estudian los conceptos y materiales de estudio en casa de forma autónoma, a menudo a través de videos, lecturas u otros recursos. Luego, en el aula, se dedica tiempo a actividades prácticas, discusiones grupales y resolución de problemas, donde los docentes pueden brindar apoyo y guía personalizada a los estudiantes.

Beneficios del Aprendizaje Invertido:

1. Personalización del Aprendizaje: al tener un primer contacto individual con el material en casa, los estudiantes pueden avanzar a su propio ritmo y recibir la atención que necesitan en el aula.

2. Fomento de la Participación: al invertir la dinámica tradicional, se promueve una mayor interacción entre los estudiantes y con el docente durante las actividades en clase.

3. Aplicación Práctica: las actividades en el aula permiten a los estudiantes aplicar los conceptos aprendidos de manera más práctica, lo que favorece una comprensión más profunda y duradera.

En resumen, el Aprendizaje Invertido es una estrategia educativa que busca maximizar el tiempo en el aula para actividades significativas y de colaboración, aprovechando las tecnologías digitales para facilitar el acceso al material de estudio. Este enfoque pone al estudiante en el centro del proceso de aprendizaje, fomentando la autonomía, la participación y el desarrollo de habilidades clave.

 

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